En 2004 saqué un libro cuyo título es “Poemas para leer bien pedo”. Como parte de mi campaña de auto-promoción, lo envié por correo electrónico a todos mis amigos, conocidos, y amigos y conocidos de mis amigos. Entre la variedad de comentarios y silencios, recibí el mensaje de una Georgina X que me dijo: “De dónde sacaste mi correo? Quién eres? Te conozco? Yo entiendo que en gustos se rompen géneros, y que el gusto cambia según las épocas, pero al margen de ello, el título de tu libro me parece HO-RRI-BLE”.
2 años después, en el preview de mi libro “Elusivo”, una mujer me saluda y me felicita por el libro que acabo de presentar. Dice que su nombre es Georgina X.
Georgina X, esa misma tarde, se olvida un sobre en una mesa del café donde estoy presentando “Elusivo”. Yo guardo el sobre y, ya en casa, busco el correo que me escribió hace 2 años. Lo encuentro. Sobre el mismo correo le respondo con cariño: le digo que se dejó un sobre con un libro en el café, y que estaría gustoso de alcanzárselo o hacérselo llegar adonde ella me diga.
El libro en el sobre se llama “Olvidar y perdonar”.
Café Cuore,
Ciudad de México, julio 2006