Mi muchacha me trae el recibo que le dieron en la verdulería. Yo no pido que le den factura electrónica, ni
que le desglosen el IVA o el impuesto a las ganancias, pero de esto a enviarme
la cuenta en una piel de cebolla hay tan sólo una chispa de maliciosa
creatividad.
Ciudad de México, mayo 2013