EVITE EL EXCESO
"Un trago no va a hacerme nada", me dije.
"No hay nada como una buena copa", pensé.
Pero algo extraño comenzó a operar en mí.
Sentí como que los músculos de mi cara se contraían.
Intentaba abrir los ojos ¡y no podía!
La única orden que mi cuerpo atendía era la de "no soltar el vaso".
La mano iba hacia mi boca, como poseída, y yo luchaba por no sucumbir otra vez.
"¡No puede ser! Qué me está sucediendo???"
"Oh, Dios, ¡¡¡mi cabeza!!!"
La única forma de sacar esto de mi cuerpo sería... meando!
El espíritu adivinó mis intenciones: y fuertemente me dobló hacia atrás, para que no pudiera caminar hasta el baño.
Vi algo sobre la mesa. Una idea genial iluminó mi mente. Comencé a arrastrarme, intentando alcanzarlo.
Mear no era el único antídoto. También podía tomar mate... y llorar.
2006-01-22
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
9 comentarios:
¡Que se repita!
Ah que bonito se ve usted al final. Como una serie de Ivanes (con acento en la I) turnandose para aprovechar que el exceso da una flexibilidad que ni madonna.
Ah que bonito repito.
osea me enamore de este post!! por cierto muy lindo que eres
era absintio?
jaja porque luego te ves un tanto repetido
¡¡saludos!!
Ahora entiendo lo que nos pasa a los argentinos... es culpa del mate nomas....
bexos
Jaja, la lágrima es real? O es tequila devenido a mera utilería.
entretenido...
saludos
Pensé que te la ibas a sacar...pero no la lágrima.
¡está líndisima y poética esta vacilada.
¡Perfecto! Tu blog es toda una insinuación a la bebida, ¡A leer poemas en estado de ebriedad! ¡Ahora mismo estoy bebiendo en tiempo real! ¡Viva la botella! ¡Borachos del mundo uníos!
Publicar un comentario