2006-03-30



Bosque de Chapultepec. Vienes 7:30 AM.
Termino de correr, y mientras busco una orilla donde acomodarme para elongar, veo un gato muerto.
Me impresiona, y me quedo a cierta distancia, mientras estiro.
Pasa un hombre con una especie de huipil negro, y sobre el gato lo arroja, casualmente.
Mi pensamiento 1: "qué hombre sensible, es una forma de darle cristiana sepultura".
Mi pensamiento 2: "qué hombre impresionable, no soporta verlo y sacrifica su huipil".
Mi pensamiento 3: "lo tapa a la espera de que alguien quiera chingarse el huipil, y cuando lo levante, ¡ZAS! qué buen susto".
Busco al hombre alrededor. Tiene que estar escondido, en alguna parte...

Viernes 24/03/2006

4 comentarios:

Gustavo DERFLER dijo...

pobre gato

Silencio dijo...

Jajaja yo un día le puse las llantas encia al pobre gato vivo.

Estuve toda la noche buscandolo entre las llantas y eje.

¿Pero y que paso? dime dime ¿estaba alguien?

Lo-que-serA dijo...

Lo buscabas para chingarte el huipil, único poseedor del secreto de su trampa.

JTô dijo...

Naturaleza humana. Piensa mal...