Puesto de jugos en José Vasconcelos y Juan de la Barrera, Col. Condesa, Ciudad de México, jueves 11/01/2006, 8:30 AM
Estoy esperando mi jugo y por detrás de mí pasa una chava, caminando a su trabajo, seguramente.
El juguero le silba y le dice “adióoooos…” de una forma equidistante entre lascivia y ternura.
Ella jamás se da vuelta.
Yo volteo a observarla, y de espaldas la veo: vestida para oficina, indistinguible, de cuello muy corto, sin nalgas, sin cintura, sin gracia en el andar.
Vuelvo mi vista hacia el juguero y sonrío cómplice (aguanto la carcajada), como compartiendo su placer.
Él me dice:
- Está buena… y lo sabe.
2 comentarios:
Ps' como dijo mi amigo el albañil que fue a construir a mi casa hace ya algunos años "hoyo con pelos aunque sea oreja de marrano"...
Creo que no.
Saludos.
Pues el juguero está consciente -y a la vez participa- del darwinismo social, sabe bien a qué le tira. Saludos Buenader.
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