Soñé toda la noche conmigo, como si fuera un fósforo que puede apagarse antes de llegar a consumirse.
Me angustiaba saber que tarde o temprano habría de extinguirme.
Me consolaba saber que, aún cuando el fuego se apagara, quedaría un pedacito de madera incandescente.
México DF, julio 2007
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