2008-09-18



Estaba formado esperando que me atendieran. La línea no era muy clara pero todos la estábamos respetando (cada cual sabía quién estaba antes y después de sí). Cuando era mi turno, una señora apareció de la nada y tomó mi lugar. La empleada comenzó a atenderla. Me molestó mucho la falta de respeto de ambas (de quien se había ‘colado’ y de la señorita que había advertido la situación y estaba dejándola colarse).
- Disculpe, señorita – le dije -, pero me tocaba a mí.
- Sí – me dijo ella con una sonrisa -, es lo mismo.


México DF, 2007

2 comentarios:

sollos dijo...

Eso es porque no tienes pinta de tener esposas e hijos.

Sarco Lange dijo...

Que soberbios, pero que soberbios!!!!!´.
Con blogs como estos es que dan ganas de tener una com-puta-dora.

Os felicito, man.
SL