Él estaba parado en la entrada del Metro Chapultepec. Ella venía caminando para entrar. Él se le acercó apenas y le dijo algo (¿un piropo subido de tono?). “¡Feo!”, lo acusó ella, con desprecio. “Feo pero no viajo en metro”, espetó él.
México DF, diciembre 2005
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