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Éramos 8 personas en una embarcación pequeña. Íbamos camino a ver las ballenas. Unos sacaban fotos con su cámara digital, otro con su celular. Un workoholic hablaba a su trabajo desde la Blackberry. Ella estaba ensimismada escuchando música en su iPod.
De repente, el conductor de la lancha anunció: “¡Miren! ¡Una mantarraya!”. A babor del bote vimos un animal oscuro, triangular, gigante. Todos nos avalanzamos sobre ese lado para verlo bien. Entonces se produjo un fuerte desbalanceo del bote y todos nos visualizamos encima del animal (estuvimos a punto de caer sobre él). Un miedo general tan grande se apoderó de nosotros que rápidamente entendimos el peligro y volvimos a nuestros sitios.
Además de peligro yo había sentido cierta tristeza: me parecía un poco patético y anti-ecológico caer con todos los avances de la tecnología (cámaras, celular, iPod, Blackberry) sobre un animal inocente.

Puerto Vallarta, diciembre 2006