2008-12-26



Era el día de Navidad en casa de unos amigos. Acabábamos de tragar cantidades industriales de comida y dulces. La noche anterior (Nochebuena) la ingesta había sido similarmente exagerada. Una chica que yo apenas conocía nos había acompañado durante los festejos. Estaba parada junto a mí cuando recibió un llamado a su celular. Alguien de su trabajo le hablaba. Ella le confirmó que se verían al día siguiente en la tarde, porque en la mañana ella tenía un desayuno y luego una comida. Primero me sorprendí de que pudiera hacer un plan laboral para seguir tragando (habiendo sido testigo de su Nochebuena y su Navidad). Luego me aparté medio metro de ella para, con disimulo, observar su figura.

Ciudad de México, Navidad 2008

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