2008-12-26


Él rezongaba contra las culturas nórdicas: cómo era posible que insistieran en vivir en lugares donde Dios había dicho: “no se puede vivir ahí”. Ya sea porque hacía mucho frío, porque lo único que crecía era musgo, o porque el agua se congelaba, era claro que Dios no había planeado que ningún humano viviera en esas zonas. Pero la testarudez del ser humano había prevalecido…
Acto seguido yo saqué algunas conclusiones a pensamientos originados en la época en que veía Heidi por TV. ¿Por qué siempre los pastores tenían que arrear a las cabras? Había una alta probabilidad de que las cabras no fueran simplemente “traviesas” o “huidizas”: las cabras eran más inteligentes que el hombre y, todo el tiempo, estaban buscando moverse a lugares más calientes. Pero los pastores no las dejaban y, por generaciones, las habían condenado a cagarse de frío.

Armando Miguélez e Iván Buenader, Ciudad de México, 12/12/2008

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