Le comenté a un conocido sobre la mentada pose y él me informó: “sí, está muy de moda, se llama CONCHORTO” (en la jerga local = concha + orto).
Este género fotográfico despertó en mí una serie de pensamientos paralelos:
- La pose es levemente humillante: los genitales y el esfínter se vuelven más importantes que la cara (independientemente de que la modelo está perfectamente identificada por nombre y/o apellido).
- La pose tiene una reminiscencia escatológica, es como que la cámara está en el inodoro y, justo al momento de levantarse, el agente depositor gira la cabeza para ver el estado de sus excrecencias.
- Por último: ¿existirá algo similar en las publicaciones gay denominado PICHORTO?
Buenos Aires, mayo 2009
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