Yo estaba leyendo “El arco y la lira”, de Octavio Paz (1956). Era para mí un gran descubrimiento, encontrar en esas líneas, la esencia del pensamiento de muchos amigos y colegas, así como la raíz de muchas acciones y pensamientos que yo había tenido, por simple instinto, pero sin jamás haber leído ninguna de sus líneas. Traté de compartir esta satisfacción, este hallazgo, con un amigo que acababa de conocer. Comencé a exponerle la situación en términos de los lineamientos que el autor hace sobre la creación poética y cómo eso se relacionaba con el trabajo que, de manera inconciente, yo había venido realizando. “Este libro es para mí como…” y no encontraba la palabra exacta para definirlo. Él trató de ayudarme, supongo, y dijo: “muy profundo”.
Lo miré a los ojos y me dije para mis adentros: “por Dios, ¿con quién estoy hablando?”
Crystal Lake, Michigan, septiembre 2009
2 comentarios:
ja ja ja
Me lo recomendó alguna vez mi profesor de Elaboración de Banda Sonora. Carmelo Saitta.
De algún modo llegará a mí ese libro.
No quiero forzar su lectura.
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