2009-11-01


 
Es de noche y estamos en la pequeña playa junto al lago. El otoño ha comenzado y ya no queda nadie en la zona que pueda hacer el mínimo ruido. Nosotros contemplamos la quietud del lago en la oscuridad, en silencio. De repente, vemos una canoa que apenas se divisa bajo la luz de la luna, remada por 2 adultos mayores que, evidentemente, han salido a disfrutar de ese momento de paz que la naturaleza cristalina del lago les brinda. Entonces mi amigo siente que es un buen momento para hacer una intervención espontánea en el medio ambiente. Agarra mi iPod (que tiene un parlante incorporado), fugazmente recorre la música disponible, elige rápido una canción y la noche se quiebra, a todo volumen, al compás una negra que grita:
"Eveybody dance now!"
Gonna make you sweat (c+c music factory) en Crystal Lake, MI, octubre 2009


Su amigo Axel viene de Helsinki, entonces lo presenta con su amigo Dirk, esperando que Dirk lo recuerde porque ya se lo ha presentado antes.
- ¿Te acuerdas de él? - le dice -. Lo conociste en Nueva York, el año pasado - mira el rostro de Dirk esperando alguna señal pero no ve ninguna -. Él estuvo con nosotros en el bar del Gramercy, ¿te acuerdas? - no hay señal -. Fue esa vez que fuimos a ver a Madonna. Tomamos algo en el bar, él estaba sentado a tu lado, junto a la entrada. Éramos una mesa como de 10 personas. Después de ahí fuimos a cenar comida thai. Él te contó que estaba haciendo un proyecto, diseñando unos robots, y que se había ganado una beca para construirlos en Pittsburg. Te contó que habíamos estudiado arte con la misma maestra, en Buenos Aires, ¿te acuerdas?
Dirk lo mira y le responde:
- Me acuerdo de Madonna...

Chicago IL, octubre 2009


Lo invitamos a cenar a casa, con su familia. Luego de la cena, estábamos escuchando música, muy a gusto, mientras los niños jugaban por ahí.

- Qué buena onda que los vecinos no se quejen - me dice él.

Yo no entiendo a qué se refiere, así que le pregunto:

- ¿Y de qué podrían quejarse?

- De la música - me responde.

- La música está a un volumen súper moderado – le digo.

Pienso en nuestra conducta regular.

- Y casi nunca escuchamos música.

Pienso en el día que es.

- Y hoy es viernes.

Miro la hora.

- ¡Y son las 9:27!


Chicago, IL, septiembre 2009


La cena de beneficencia se desarrollaba tal cual lo esperado. Sobre el final del evento, la conductora anunció que se iba a hacer la rifa. No consiguió silencio de la gente, que estaba muy entusiasmada platicando, comiendo postre, y ya con varios vinos encima. En el proceso de llamar la atención, ella dijo algo un poco impropio, quizá rudo. Yo le dije al comensal junto a mí: "qué mal que se enoje: tiene que entender que la gente ya está bastante tomada como para prestarle atención". Él respondió: "yo creo que la que está bastante tomada es ella".

Renaissance Society Benefit, Chicago IL, October 2009



Mi amigo aprendió a no dar opiniones contundentes en Estados Unidos. La gente no espera una opinión contundente de alguien que apenas conoce. Una vez él había expresado sus opiniones con mucha seguridad acerca del trabajo de un artista y, cuando esperaba que su interlocutor contestara de manera equiparable, el otro se limitó a decir "I think it's great". Entonces él aprendió que ésa era una respuesta cómoda, que nadie cuestionaba, y le evitaba que luego lo estuvieran juzgando por opinar. Así que la siguiente vez que le preguntaron por una obra, él se limitó a decir: "I think it's great". Su interlocutor, que ya lo conocía por sus opiniones, olió gato encerrado, entonces le dijo: "OK, but how great do you think it is?".

Chicago, IL, octubre 4, 2009


We were invited to a cocktail at some guy's house, who said he was giving the cocktail for her friend who had come from London. He had recently bought a piece of art from her production, and he was very proud about it. The moment we got in, he started talking about the piece and insisted on us meeting the artist. Finally, he introduced us to her and had her walk us to his bedroom to show us his new acquisition.
When we were in the room, she said: 'there it is', and pointed to one side of the bed. One of us thought it was the flowerpot, and started congratulating her on such an incredible piece of pottery. She said that it was not it, and showed us a piece of paper held to the wall with a pin, all wrinkled, and with lots of transparent tape on it. She said the paper portrayed her in a moment of great anguish in her life, when she cut the paper with a cutter, mended it with tape, and cut it again on the same place, repeatedly, as it had happened to her soul and her attempt to recover herself from the wounds.
I was looking at her with a face like "come on, you're making fun of us, this is not the piece we have all been listening about".
But she seemed to understand that the look in my face was a look of interest, as if asking for further explanation on its concept, so she added very seriously:
"It's all about process".

Chicago IL, september 4th, 2009


En Estados Unidos, que alguien tenga una alergia, no es problema del que la tiene, sino un tema de conversación y algo por lo que deben preocuparse exageradamente todos los que están alrededor.
Si yo pelo una naranja y el de al lado me dice "disculpa, soy alérgico a la naranja", el problema lo tengo yo, porque él no se va a mover de su lugar (a pesar de que él tiene el problema con la naranja) y si yo no voy a comerla a otro lado o no la saco de su vista, todo el mundo opinará que soy un grosero.
Este tipo de situaciones suceden todo el tiempo, y la gente se va perfeccionando en cómo manipular a los demás en función de estos "detallecitos".
Un ejemplo claro es el de un amigo al que le regalé un libro, pensando que a él podía interesarle mucho. Es un libro antiguo (de los '60) y tuve que comprarlo usado porque nuevo no lo conseguía. Un año después, me encontré el libro en su casa y le pregunté entusiasmado: "¿Lo leíste? ¿Te gustó?". Él me respondió que no pudo, porque el papel de los libros viejos le da alergia. Si me hubiera dicho que no tuvo tiempo, yo tendría derecho a enojarme, porque sé que se dio tiempo para muchísimas otras cosas; pero frente a la excusa de la alergia, me dejó totalmente desarmado y tuve que responder lo que socialmente se espera que responda frente a una dolencia de este tipo:
- Oh, I'm so sorry...

Chicago IL, septiembre 2009