2010-02-15



Siempre supe que es difícil escoger un regalo para una mujer pero, en algún punto, hay que hacer regalos y por algo hay que decidirse. Mi madrastra tiene una tienda de ropa onda “hindú”. Así que decidí regalarle una prenda que a mí me gusta mucho: un Rákuri, prenda poética de Raquel Olvera, a la cual se parecen mucho los actuales ponchos de Pineda Covalín.

Llego a su local de ropa y le entrego la prenda, finamente embalada. Ella la abre con cuidado, con una sonrisa sospechosa y la extiende. La observa muy poco. Casi en un susurro dice: “Ay qué lindo…” y de inmediato gira su cabeza para dirigirse a su empleada y sentencia, delante de mí: “Marce, esto te va a encantar a vos…”

Buenos Aires, mayo 2007

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