Cuando vi las condiciones de ese lugar concluí que era una “mugredumbre”.
Mi neologismo se justifica claramente: sería una “mugre” si estuviera muy sucio; sería una “podredumbre” si hubiera cosas pudriéndose. Pero lo que sucedió aquí es que primero dejaron que se juntara la mugre, y luego la dejaron que se pudriera.
Buenos Aires, junio 2010
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