“Creo que es hora de que cada cual ponga sus condiciones”, le dice él, en
medio de una acalorada discusión.
“¿Ah , sí?”, retruca ella, más furiosa que él. “¿Entonces se trata de
poner nuestras condiciones? Pues si es
así, la mía es que se acabó el bebé”.
Me preocupó: no sé si estaban buscando un tercero y ella cerraba las
piernas a partir de este momento, o a éste del cochecito pensaban tirarlo por
el inodoro.
Antequera, Málaga, España, juno 2013
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