Cada minarete tiene, en la punta, un palo amarrado. Le pregunto al guía por qué, si entiendo que
el bronce original servía también al propósito de pararrayos. Él lo niega.
A mí que no me diga que en chiquicientos años de emperadores mogoles
construyendo minaretes no cayó ningún rayo, o que alguno de ellos consideró
remotamente liar ese adefesio a la punta.
Mini-Taj, Aurangabad, Maharastra, India, noviembre 2013
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