Estuve
mirando el menú casi 5 minutos. Todo me
daba mucha curiosidad, pero no podía decidir.
Mi amigo me sacó de mi estancamiento.
- ¿Qué vas a pedir? – me apuró.
- ¿Qué vas a pedir? – me apuró.
Recién
entonces me di cuenta de que mi indecisión se debía a que no entendía
absolutamente nada de lo que estaba escrito.
Parliament,
Praga, marzo 2014
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