Llegué a
casa de mi madre y le dije: “¿Viste lo que pusieron donde estaba el Instituto
del Lisiado?”
Ella me
dijo, “¿qué han puesto? ¿No sigue siendo lo mismo?”. Volví a pasar por la puerta y comprobé que el
cambio no era en el giro comercial, sino en la corrección política del
eufemismo.
Echeverría
y Dragones, Buenos Aires, abril 2014
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