Yo no sé de
quién es esta estatua, ni qué habrá querido decir decir el artista, ni quien
autorizó a ponerla en una ubicación tan protagónica junto al Arno. Pero lo que es cierto es que al pobre modelo
lo tuvieron cagándose de frío no sé cuántos días para terminar retratando una
suerte de tímida mujer barbuda.
Florencia, Italia, febrero 2014
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