Fuente: http://scs.viceland.com/int/v15n1/htdocs/el_nuevo_alarma/main_large.jpg
Mi amigo
hace su obra plástica con folios extraídos de la ya inexistente revista
Alarma. Yo sabía de su existencia, pero
nunca me detuve a ver una. Él me muestra
una de sus publicaciones. La cubierta es cruda, sangrienta, escandalosa, la
abro y el interior está peor. Las letras parecen huir aterrorizadas de las
imágenes. Siento que no puedo ver la revista. La cierro. Me vuelve a la imagen de
la cubierta. Pongo la revista sobre la mesa, con la cubierta para abajo, ¡pero
la contratapa está peor! No sé si
levantarla o dejarla allí. No sé cómo ponerla, porque por todos lados grita
violencia. No hay forma de apoyarla: de
adentro y de afuera, del derecho y del revés, es siempre un espanto.
México DF,
2014
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