Quién sabe
por qué todos le sacan foto a la niña con las alas de Jorge Marín y nadie le
presta atención al pobre danzante, solo, en el fondo, que está haciendo mucho
más que extender los brazos (pero su espíritu es el mismo).
Paseo de la
Reforma, Col. Chapultepec Polanco, México DF, diciembre 2014
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