Me llama la
atención la estructura al centro de la sala. Es de granito.
Muy baja y muy fría para ser un banco donde sentarse a descansar o
apreciar las obras de arte.
Me acerco a
una de las guarda-sala y le pregunto si eso es para sentarse.
Me dice que
en realidad era el pedestal de un conjunto de esculturas que fueron removidas
para emplazar esta exposición temporal.
Si quiero, me puedo sentar, ahora.
Pero cuando vuelvan las esculturas a su lugar ya no me podré sentar, me
aclara.
Qué bueno.
Museo
Nacional de Arte, México DF, enero 2015
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