Al ver semejante cantidad de playa e innumerables extensiones de monte, no
pude entender por qué habían puesto la tirolesa justo enfrente del único bar
que hay en la playa. En estas
reflexiones me descubro permanentemente, y el razonamiento es siempre el mismo:
no se trata de que ‘pusieron la tirolesa’ y listo. Alguien pidió para poner la tirolesa, alguien
autorizó, alguien empezó a construirla, alguien vio mientras la construían, y
alguien la sufre mientras funciona. Hay muchas etapas de un proceso que pueden
evitarse, y ninguna es irreversible.
Bella Vista, Corrientes, Argentina, marzo 2015
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