Los documentales que podían verse en cada sala, las frases que se escogían
para definir cada período histórico, los objetos en exhibición que ilustraban
el fetichismo de cada época, me hicieron creer que, efectivamente, al llegar a
la última sala, yo tenía la suerte de ser testigo vivo de una ‘recuperación
total’. Comencé a dudar nuevamente de
ello cuando, al acceder a la cafetería contigua a la última sala, el cartel
rezaba ‘TARJETAS SUSPENDIDAS’.
Museo del Bicentenario, Buenos Aires, Argentina, marzo 2015
No hay comentarios.:
Publicar un comentario