En el afán
de sofisticar el trato hacia las “personas con capacidades no aparentes, 2007”, la denominación de las
personas con discapacidad pasó de “paralíticos” a “inválidos” a “minusválidos” a
“discapacitados” a “persona con capacidades diferentes” y así evolucionó. Ahora lo que se usa es “personas con
movilidad reducida”. Me parece muy bien:
ya se ha conseguido externar el problema: ahora el problema no lo tiene la
persona, sino su movilidad, y ese problema lo crea un entorno que no está
preparado para permitírsela.
2014
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