En la fonda
de Doña Carmen hay un collage de paño lenci (fieltro). Me lo quedé mirando
durante toda la comida.
En el año
1980, la maestra de Actividades Prácticas nos encargó comprar paño lenci de
diferentes colores para hacer una manualidad.
Sobre un fondo de arpillera, haríamos un dibujo y sobre él pegaríamos
los pedazos de paño lenci que fuéramos cortando para hacer nuestra composición.
Recuerdo
que, en aquel entonces en Buenos Aires, cualquier pedazo de este material era
caro, y a mi madre le costó mucho comprar varios colores. Aparte de eso, el material me cautivó tanto
(su textura, los colores vibrantes, el silencio con el que podía ser manipulado)
que no conseguía decidir cuál era el dibujo que quería hacer con mis
recortes. Dilaté mucho la decisión,
tanto que no sé cómo pude evitar que la maestra se enojara, pues que nunca
llegué a hacer la composición. Un poco
angustiado por cortar un material tan caro, otro poco porque la belleza del material
en bruto era tal que no permitía mutilación.
35 años
después, en la fonda de Doña Carmen, miro esta escena campestre y me acuerdo de
aquel collage de paño lenci que nunca pudo ser.
La situación que lo rodea es tan vívida y su forma tan indescifrable que
podría considerarse una pieza de arte abstracto.
Barrio de
Monserrat, Buenos Aires, marzo 2015
No hay comentarios.:
Publicar un comentario