No les alcanzaba con ponerle un aglutinado de queso industrial al borde de
la pizza para que se viera como un mango.
Ahora le agregaron los desperdicios que quedan al fondo de la bolsa de
botana chatarra.
¿Qué tipo de patología autodestructiva hay que tener para consumir esta “intensidad
de su sabor”? ¿En qué campo de concentración tiene que haber trabajado tu
abuelo para que propongas la comercialización de este tipo de producto?
Xalapa, Veracruz, abril 2015
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