2015-10-05




Caminando por las calles, más de una vez escuché a amigos exclamar “qué horror” cuando ven una de estas plantas artificiales en la entrada de un edificio de departamentos.  Debo confesar que personalmente me hacen muy feliz: me recuerdan cuando, de niño, veraneábamos en un departamento cuyo hall de entrada estaba lleno de estas plantas frente a un espejo, iluminadas desde abajo por una luz verde esmeralda.   Entonces jamás me pregunté si eran naturales o no.  Sólo recuerdo que al salir o al llegar podía verme en aquel espejo, a través del follaje incandescente, y sentir que a partir de esas vacaciones sólo había una inmensidad inimaginable de futuro.

Alicante, España, junio 2015 / Mar del Plata, circa 1980



No hay comentarios.: