Si al
pájaro no le alcanza la visión de los barrotes de la jaula, ahora tiene la de
los barrotes del barandal. ¿Será acaso un experimento psicológico, como el del
elefante que crece con su patita atada y aprende a no escapar? Así el día que
el pájaro sea liberado de su jaula, sabrá que no puede volar más allá de su
propio balcón.
Alicante,
España, junio 2015
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