2015-12-29


En Buenos Aires, en el año 1993, me robaron el auto que me prestó mi madre.  Lo había dejado estacionado en la calle y, cuando regresé, fue difícil determinar exactamente dónde (porque no estaba).  Estuve un buen rato examinando cuáles podían ser los lugares exactos de dónde se lo habían llevado (¡como si importara! aquello fue un pasatiempo en la esperanza de despertar de una pesadilla que no lo era).

Esta señalización hubiera ayudado mucho en aquel entonces.  No sé a qué, pero me dio la sensación de que sí.

Dallas TX, julio 2015

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