En el consultorio, mientras la doctora me entrevistaba, mis ojos se entretenían todo el tiempo con un objeto verde y dorado sobre la pared. Así fue durante las 3 primeras sesiones. Siempre que yo hablaba lo hacía repartiendo mi mirada entre ella y el objeto.
En la 4ta visita, cuando ella se levantó a buscar mis pastillas, advertí que se trataba de un cartel de metal verde, con letras doradas, sólidas, contundentes, que rezaba: "1ra vez: 300$, 2da vez: 250$"
México DF, 7 de julio 2007
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