Así como en otras partes del mundo la plática fácil comienza alrededor del clima, en Estados Unidos a la gente abre diálogo hablando de sus alergias. A mí me choca, porque al momento de una cena, por ejemplo, la conversación no empieza a partir de los gustos comunes sino de las limitantes que tendremos a la hora de ordenar un platillo y querer compartirlo.
En dos meses, y sin buscarlos, me encontré alérgicos a:
- la soya (le convidé mi jugo de frutas y me preguntó si tenía soya: ¿por qué chingados alguien le pondría soya a un jugo de fruta?)
- el café (era papá del alérgico al vino tinto)
- los frijoles (éste era chef, y creo que los frijoles en el fondo los percibía como ingrediente para pobres)
- los productos lácteos (decía que se le hinchaba la panza… eso podía llegar a ser “lactose intolerant” pero él dijo ‘alérgico’)
- los mariscos (a ésta la perdoné: hay muchos de esos)
- el vodka (él trabajaba de stripper y cuando le pasaban un trago era muy cuidadoso en preguntar cómo lo habían preparado)
- y la celíaca (que no es alérgica, pero no puede comer ninguna pasta entonces está peor todavía)
Y esto no se limita a los alimentos. Están los alérgicos a:
- el aire acondicionado (ella estaba dando una plática y a los 5 minutos de empezar ya empezó a joder con su catarrito)
- la picadura de insectos (a éste lo había picado una avispa y terminó en el hospital… le tuvieron que hacer electroshock para resucitarlo)
- a los olores (le hice el favor de lavarle la ropa y cuando la fue a usar me preguntó qué jabón y qué suavizante había utilizado… Otro día me subí a su auto y me dijo que el olor de mi colonia no lo dejaba respirar)
- el pelo de gato (de éstos también hay muchos)
- y el gato que era alérgico a los granitos comunes (entonces su patrón le compraba granitos especiales, ¡carísimos!)
Y el más sorprendente de todos: el alérgico al verano. Cuando el verano empezaba se deprimía mucho. El doctor le dijo que era una alergia que podía quitarse tomando sol: entonces él iba a la cama solar todo el año para evitar que el verano lo sorprendiera.
Un día Stephanie me dijo: "yo no soy alérgica a nada".Y yo pensé: - No me desafíes…
En dos meses, y sin buscarlos, me encontré alérgicos a:
- la soya (le convidé mi jugo de frutas y me preguntó si tenía soya: ¿por qué chingados alguien le pondría soya a un jugo de fruta?)
- el café (era papá del alérgico al vino tinto)
- los frijoles (éste era chef, y creo que los frijoles en el fondo los percibía como ingrediente para pobres)
- los productos lácteos (decía que se le hinchaba la panza… eso podía llegar a ser “lactose intolerant” pero él dijo ‘alérgico’)
- los mariscos (a ésta la perdoné: hay muchos de esos)
- el vodka (él trabajaba de stripper y cuando le pasaban un trago era muy cuidadoso en preguntar cómo lo habían preparado)
- y la celíaca (que no es alérgica, pero no puede comer ninguna pasta entonces está peor todavía)
Y esto no se limita a los alimentos. Están los alérgicos a:
- el aire acondicionado (ella estaba dando una plática y a los 5 minutos de empezar ya empezó a joder con su catarrito)
- la picadura de insectos (a éste lo había picado una avispa y terminó en el hospital… le tuvieron que hacer electroshock para resucitarlo)
- a los olores (le hice el favor de lavarle la ropa y cuando la fue a usar me preguntó qué jabón y qué suavizante había utilizado… Otro día me subí a su auto y me dijo que el olor de mi colonia no lo dejaba respirar)
- el pelo de gato (de éstos también hay muchos)
- y el gato que era alérgico a los granitos comunes (entonces su patrón le compraba granitos especiales, ¡carísimos!)
Y el más sorprendente de todos: el alérgico al verano. Cuando el verano empezaba se deprimía mucho. El doctor le dijo que era una alergia que podía quitarse tomando sol: entonces él iba a la cama solar todo el año para evitar que el verano lo sorprendiera.
Un día Stephanie me dijo: "yo no soy alérgica a nada".Y yo pensé: - No me desafíes…
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