Conversando sobre el mercado del arte, él me dijo: el ciclo de la idiotez se cierra cuando alguien gasta 120,000 dólares en un cuadro para el cual el artista gastó 50 dólares en el bastidor más 20 dólares en pagarle a un fakir callejero para que le soplara fuego encima; a eso súmale los 500 que la galería gastó en difusión más los 300 que puso para el chupe de la inauguración a fin de habilitarle su delirio (algunos dicen “legitimarlo”, pero para eso se necesita que pase más tiempo).
Chicago, septiembre 2008
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