2009-01-25



El señor debía tener por lo menos 85 años. Estaba flaco, flaco, pero a la vez su actitud era atlética. Ya no tenía nalgas, ni pectorales, ni pantorrillas pero estaba erguido, airoso. En su slip de natación, inhalaba y exhalaba sonoramente, calentando para la sesión de natación que estaba por iniciar. Estaba en la “plenitud de la senectud”.

Acapulco, Guerrero, enero 2009

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