Se tiró desde la terraza de un edificio a la mitad de la avenida, en hora pico, con una mochila llena de una selección de sus obras no publicadas. Su muerte no pasó desapercibida: no sólo le complicó la vida a mucha gente durante un buen rato, sino que además se aseguró de cuáles serían las obras de su autoría que iban a trascender.
(Propuesta creativa de suicidio, útil para un escritor frustrado)
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