- ¿De qué color es la cerámica? – le pregunté.
Ella me respondió:
- Es color champán fuerte.
No pude aguantarme para descubrir cómo sería ese color, así que pasé rápidamente por el lugar donde se exhibía y descubrí que el color era lo que en mi pueblo llaman “color ladrillo”.
Barugel Azulay, Buenos Aires, julio 2009
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