Esta publicidad televisiva comienza con la toma de la cara de una niña-señorita que muy sexy dice:
“Hola, me llamo Samantha, tengo 14 años y…”
Inmediatamente me horroricé porque pensé que la publicidad era algún tipo de publicidad de sexo por teléfono, pero por la apariencia juvenil de la muchachita, tenía rastros de pedofilia. Entonces la toma se hace más amplia y se ve que la niña está en silla de ruedas mientras dice:
“…y tengo cáncer en los huesos y estoy internada…”
El shock fue tan grande que la estrategia publicitaria fracasó: ya no me enteré de qué me querían hablar o convencer.
México DF, junio 2009
1 comentario:
Eso te pasa por cochambroso :)
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