Me quedó claro: no debo intentar hacer “clavados” porque no hay nadie que vaya a rescatarme si me lastimo.
Luego me acerco al borde de la alberca y veo este otro cartel en el piso:
Este ya insulta mi inteligencia: ¿cuál es el motivo real por el que no puedo hacer clavados? ¿Porque no hay guardavidas? ¿O porque la alberca no es lo suficientemente profunda? Y lo peor de todo: ¿soy tan estúpido que tienen que dibujarme la sangrecita alrededor de la cabeza para que entienda que puedo hacerme mierda?
Hotel La Quinta Inn, Austin, TX, agosto 2010
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