Me hice unas tarjetitas personales y las imprimí en papel milimétrico (ese que es como papel de calcar y tiene una cuadrícula naranja). A la gente que conocí y se las entregué le gustaron mucho. Lo sorprendente es que cuando uno saca la tarjeta para entregarla es una suerte de hoja frágil, translúcida, casi como un insecto muerto, pero bello. Entre los comentarios recibidos, los que más me gustaron fueron:-
- - Déjame guardarla antes de que se desintegre.
- - Ay, Dios mío, ¡esto es TAN argentino! ¡Puede desaparecer en cualquier momento!
- - Me encanta tu tarjeta: hoy está, mañana no está.
Miami FL, diciembre 2010
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