El hotel está en la playa, y es carísimo. No hay nada que hacer alrededor que no sea descansar y estar en la playa o en la alberca. Estoy desayunando con unas chicas que conocí el día anterior. Una de ellas llama al mesero y le pregunta:
- Disculpe, ¿sabe dónde puedo comprar un cepillo de dientes?
- Bueno – dice él-. Si sale a la calle, hacia la derecha, va a encontrar una tiendita. Pero en realidad no sé si debería decirle que hay una tiendita, porque luego salen y se compran cerveza y no sé cuántas cosas, y se las traen al hotel y eso no se puede… porque nosotros vivimos de esto, de la bebida y la comida que se vende. No podemos estar permitiendo que estén metiendo cosas y haciéndose sus fiestas.
La chica lo mira anonadada.
- Yo sólo le pregunté dónde podía comprar un cepillo de dientes.
El hotel está en la playa, y es carísimo. Quién sabe cuántas estrellas tenga…
Barra Vieja, Guerrero, noviembre 2010
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