A la hora de ver videoclips y analizar su estética, a uno se le va adiestrando el ojo. Están los videoclips de las mujeres que explotan, con poquita ropa, los que están en la discoteca pasándola bárbaro con su copa de Martini, los que hip-hopean con sus ropas guangas, los que andan en moto y levantan tipas, los que cantan al amor desde la cima de una montaña. Pero el señor Rick Ross en su video “Super High” rompió todos mis esquemas: obsérvese, a partir del minuto 4:40, la prodigiosa mezcla de símbolos.
2010-12-15
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