A paso redoblado, frente a mí se cruza una señora muy gorda, despeinada, fea, medio tirada para adelante, con las piernas estebadas y usando un mandil manchado. En la mano carga un rollo de papel higiénico del cual vuela un extremo como si fuera gasa. A la cabeza se me viene una frase que mi padre, ante situaciones de inspiración dudosa, decía: “¡qué poema!”
At double speed, a very fat lady passes in front of me, with disheveled hair, ugly, a little bent forward, her legs crooked, and using a stained apron. In her hand she is carrying a toilet paper roll from which one extreme flies as if it were organza. To my mind comes the phrase that my father, in front of doubtfully inspiring situations, would say: “what a poem!”
Centro Histórico, México DF, junio 2011
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