2012-01-09


La casa de mi madrina en Villa Devoto era, ante todo, un lugar remoto en la infancia. El viaje, de 45 minutos quizá, parecía tan largo como una excursión escolar. Su casa estaba en un barrio sencillo, de veredas de baldosas acanaladas, donde nunca pasaba nada a pesar de que mi madrina decía que, si salíamos solos a la calle, nos iban a robar los gitanos.

En este reciente viaje a Buenos Aires sentí el impulso de ir a visitar el barrio de mi difunta madrina y su casa. Recordé que allí nos reuníamos a comer todos los Primero de Año, las personas que más quería en aquel entonces. El día era una gloria de delicias y verano. De risas. Y al día siguiente, indefectiblemente el 2 de enero, siempre salíamos de vacaciones a la playa.

Atendiendo a la recomendación de mi padre de no volver a los lugares felices, sería un riesgo para mí visitar este lugar aunque sea por fuera. Ni siquiera por Google Earth. Es por eso que este post no tiene foto.

Buenos Aires, enero 2012


No hay comentarios.: