Calculo que el 63% de la fortuna de Slim se basa en las llamadas que la gente realiza, desde sus celulares Telcel, a las personas que se encuentran en el interior de las viviendas donde no funcionan los porteros eléctricos.
En ausencia de fondos para realizar reparaciones, la administración del edificio le dice a los vecinos que el que quiera tener timbre va a tener que poner el suyo propio. Los vecinos los instalan, y luego los transeúntes mal intencionados se birlan los dispositivos. Los vecinos los reemplazan, hasta el cansancio, para finalmente concluir que el mantenimiento del timbre individual es más caro que reparar el portero eléctrico. Es entonces que la gente decide que NO hay timbre, y quien los visita les debe hablar a su celular.
Por no mantener los porteros eléctricos, entre todos mantenemos a Slim.
Centro Histórico, Ciudad de México, mayo 2012
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