Frecuentemente
compro macarrones en esta tienda. Estoy
organizando una comida para 25 personas y me gustaría hacer un pedido especial,
y que me hagan descuento por volumen (o por cliente frecuente). “No podemos hacer descuentos”, me dice la
señorita. “¿Por qué?”, pregunto, y le doy mis razones por las cuáles sí podría
hacerlo. “El chef no lo autoriza”.
Maldita sea
la hora en que los chefs se pusieron de socios capitalistas.
Panadería
Da Silva, México DF, Centro, marzo 2013
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