foto:
Maximo Gonzalez
Mi amigo
traía un bolso ‘todo terreno’ para andar por India sin preocupaciones. Allí traía desinfectante para manos,
repelente de mosquitos, pañuelos para la nariz, tapones para los oídos,
bronceador, sombrero, lentes, cepillo de dientes, toallitas húmedas, y entre
otras cosas, papel higiénico. Cuando
bajamos del taxi, el rollo de papel higiénico accidentalmente cayó de su bolso,
y rodó bajo el auto que estaba estacionado junto a nosotros. Él, rápido, se tiró cuerpo a tierra bajo el
auto para rescatarlo. Cuando se levantó,
no sólo tenía las manos sino también el pecho impregnado de aquella pátina que
caracteriza a la ciudad de Bombay. Ya no
había vuelta atrás, ni producto desinfectante que sirviera para evitar que
contrajera cualquier cosa que pudiera haber contraído.
Lo irónico
es que el sacrificio lo hizo por un papel ‘higiénico’.
Mumbai,
octubre 2013
No hay comentarios.:
Publicar un comentario