Visitando
las cuevas de Ajanta y Ellora, inigualables monumentos arquitectónicos de la
humanidad, el guía nos platica sobre su función como centros de meditación y
estudio del budismo, el hinduismo y el jainismo. A lo largo de los 800 años que respectivamente
estuvieron construyéndose, consiguieron cavar templos enteros en la montaña,
con un nivel de detalle sublime. Este
proceso se hizo por medio de picar piedra, literalmente, la piedra de la
montaña, generando huecos pero con la conciencia de que adentro de ese hueco
debía existir una estructura de columnas, escalones, altares y demás, por lo
cual el espacio se vuelve un gigantesco bajorrelieve hecho en una sola pieza de
piedra que es la montaña.
En Ellora,
por ejemplo, hay 34 cavernas, y en Ajanta 29.
No me
imagino qué tipo de retiro espiritual y meditación podía hacerse en un lugar
donde estaban todo el santo día martillando.
Aurangabad,
Maharastra, India, noviembre 2013
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