Caminando
por la banqueta del Monte de Piedad, los señores que ofrecen comprar cosas en
la calle (antes de entrar a la casa de empeño) me dicen:
“Joven,
¿qué vende?”
Nada, es mi
primer pensamiento, pues no estoy pasando por allí más que para ir a otro lado.
“¿Qué
quiere vender?”, dice otro.
Habría
muchas cosas que me gustaría vender, por distintos motivos.
“¿Qué va a
vender?”, el tercero.
Probablemente
algo que no planeaba, lamento.
Espero que
estos compradores impetuosos tengan piedad de la gente que realmente va a
vender sus cosas, porque aunque la intención parece una sola, las emociones son
siempre distintas.
Monte de
Piedad, Centro Histórico, Ciudad de México, diciembre 2013
No hay comentarios.:
Publicar un comentario